Empeños a lo bestia
Como propietarios de la casa de empeño más grande de Detroit, la familia Gold, han comprado y vendido cosas que no puedes imaginar. Si cada boleto de empeño tiene una historia que contar, entonces Les Gold tiene miles de historias en su almacén.
Secuelas
Con la amenaza de Les de abrir otra tienda en el aire, Seth y Ashley deben unirse para convencerlo de lo contrario.
Decisión final
Les revela a Seth y Ashley que si comprará la nueva casa de empeño, pero su decisión tiene consecuencias más grandes de lo que nadie podría haber imaginado.
¿Le robaron a Gold?
Después de comprar la nueva tienda, Les descubre una bolsa de joyas en el escritorio de un antiguo empleado.
Prohibido de por vida
Seth se educa cuando un cliente le da una dura lección sobre joyería fina de cristal.
Revancha: Ashley vs.Tressa
Tressa, la némesis de Ashley, regresa para vender el Rolex que la despidió. Los Gold descubren que ella nunca pagó por él e idean un plan inteligente para recuperarlo.
Más dinero, más problemas
Les envía un grupo de empleados a la nueva tienda. Con poco personal y exceso de trabajo, Seth y el equipo se enfrentan a multitudes de clientes enojados.
Les atrapa a un ladrón
Les descubre que alguien ha entrado en uno de los cuartos traseros y comienza una persecución a gran escala.
Pánico de metal completo
Les y Seth se vuelven locos cuando descubren que los préstamos están caídos por primera vez en la historia.
Cinta sucia
Ashley sale de detrás del vidrio de seguridad para enfrentarse de frente a un cliente amenazador.
Solo en Detroit
Seth ve estrellas cuando un ex Jugador de la NHL entra a la tienda con un amigo.
¡Apagón!
Una tormenta amenaza con dejar sin energía a la tienda. Con montones de dinero en riesgo, Seth se apresura a crear un plan de batalla solo para ser derribado por la filosofía de la vieja escuela de su padre que insiste en que "todo estará bien".
Comienza la batalla de Gold
Seth confronta a Les sobre el apagón y abre la puerta a una pelea a gritos sobre sus estilos de negocios conflictivos.
